lunes, 11 de agosto de 2008

Caminarás solo

Cuando te haga falta, cuando me eches de menos, mirarás a tu lado y yo no estaré ahí. Como tampoco estuve la última vez. Como no estoy nunca, cuando de verdad me necesitas. Te diré que no estoy en condiciones, que estoy confuso, que no estoy dispuesto, que tengo que pensármelo, pero no estaré ahí. Aunque luego tú me recojas cuando me vengo abajo y me pasees medio zombi y dormido por media España, como el que pasea un cadáver (justo cuando más apoyo emocional necesitas y cuando mejor te vendría tenerme ahí): así y todo me tendrás que escuchar que echo de menos a alguien más fuerte, que tú eres demasiado débil para mí. Y yo no estaré ahí para recogerte cuando seas tú el que se viene abajo. Me esconderé en mi concha, te cerraré la puerta, me enterraré en un hoyo, tendrás de mí un montón de bonitas palabras (pocas, de todos modos, porque te impondré el silencio) pero ni un solo gesto. Ni un abrazo. Ni un beso. Ni una sola palabra de consuelo. No estaré. Cuando me eches de menos y me busques, estaré de vuelta en casa, con los míos. Y empezarás a caminar tú solo, muerto de frío y de miedo, y quizá hasta te eches mano a los bolsillos para encontrarte, entre virutas de color de caramelo, una nota que dirá: "Siento haberte fallado cuando más me necesitaste. Perdón, mi vida". Pero da un poco lo mismo, porque yo no estaré ahí. No estoy preparado. Me lo tengo que pensar.

3 comentarios:

Unknown dijo...

desaparecer en los momentos clave....es una opción respetable. A veces hay motivo para ello.

Berbel dijo...

Pero quizá no lo que esperas de un amigo...

Relevando a Lara dijo...

Desde el viernes he estado pensando... y si tan sólo aceptaramos la soledad y dejáramos de necesitar? tal vez el sufrimiento disminuiría... tal vez, no estoy segura. Y aún así, cómo se le hará para dejar de necesitar? Un beso Berbel