domingo, 22 de junio de 2008

Adiós a todo esto

Tómatelo así: adiós a todo esto. A un año de pesadilla, donde todo era mentira. Mentira la relación con tus padres, que hacían vida aparte y no se molestaban mucho por lo que estaba pasando. Mentira la relación con tu novia, sustentada en hora y media diaria de trivialidades por teléfono y poco más. Mentira lo de tus oposiciones, cuando no era más que un monstruo al que mirabas de reojo con respeto (como un Vitorino) pero al que nunca te atrevías a entrar a matar: demasiado toro para ti, probablemente (o ahora, por lo menos... no estabas preparado). Tómatelo así: en realidad no pierdes nada.

Y sí: luego todo se derrumbó (tú ya lo sabías: las mentiras no tienden precisamente a durar, y el desmoronamiento llega más pronto que tarde... ya sabías que todo esto era mentira -tienes ojos y oidos- y que todo esto se iba a desmoronar). No lo pases mal por algo que nació muerto: busca la vida, más allá de las palabras y de los gestos aspaventosos y vacuos. La vida. Lo que te demuestra que algo es real, y que merece la pena atarse a ello.

Y recuerda siempre que -como decía el otro, en la canción-: nunca es triste la verdad... lo que no tiene es remedio.


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