miércoles, 18 de junio de 2008

Eras... mientras eras

Los TLP somos caprichosos. Tendemos a la relaciones totalitarias: ponemos toda la carne en el asador de la relación que estamos teniendo en el momento. Es un síntoma, dicen. Una señal de nuestra enfermedad.

Lo desconcertante llega cuando esas señales nos llegan del otro lado: gente supuestamente "sana" para la que -literalmente, si se trata de antiguas parejas o de relaciones intensas- lo mismo te prometen la luna que dejan de existir o desapacen en cuestión de días. Gente supuestamente sana que pasa sin transición del "te quiero con locura" al "no existo para ti". Y estas son las personas "centradas", pero... ¿Se imaginan siquiera el daño que nos hacen a nosotros que -con o sin ellos: la relacion sentimental no suele ser lo primordial- nos miramos en ellos , como referencia, como espejo de "una relación sana"? Y casi más inquietante: ¿es que les importa todo un carajo, con tal de que "todo vuelva a la normalidad"?

Necesitamos un espejo donde mirarnos y el espejo donde nos miramos está tan turbio y desenfocado como nosotros mismos.


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