jueves, 19 de junio de 2008

Cómo sufrías por tu cordura...



Y creo que ahora entiendo
lo que intentabas decirme:
cómo sufrías por tu cordura
y cómo intentabas dejar salir todo lo que llevabas dentro...

Ellos no escuchaban. No sabían cómo hacerlo.
Quizá escuchen ahora.
Quizá no escucharán nunca.

Porque ellos no podían quererte
por más sincero que fuera tu amor,
y, cuando no quedaba ni un rastro de esperanza,
en aquella noche llena de estrellas
te quitaste la vida, como hacen a menudo los que están enamorados.


No hay comentarios: